El participio en español proviene de manera bastante directa del participio de pasado latino, por lo que, debido a las reglas de evolución fonética del latín al castellano, acaba en su forma regular en -ado (1ª conjugación) o en -ido (2ª y 3ª conjugaciones): saltado, temido, dormido.
El participio conlleva siempre tiempo pasado y aspecto perfectivo (la acción está acabada). Por eso se utiliza para formar los tiempos compuestos con el auxiliar haber:
- En el indicativo, el pretérito perfecto compuesto (he cantado), el pretérito pluscuamperfecto (había dirigido), el condicional perfecto (habría hablado), el futuro perfecto (habré llegado) y el desusado pretérito anterior (hube pensado);
- en el subjuntivo, el pretérito perfecto (haya decidido), el pretérito pluscuamperfecto (hubiera/hubiese expresado) y el arcaico futuro perfecto (hubiere sido);
- y en las formas no personales, el infinitivo perfecto (haber comido) y el gerundio perfecto (habiendo salido).
Nótese que hemos dicho que indica pasado, pero forma parte de tiempos de futuro. Esto es así porque indican, respecto de una situación futura, una acción anterior a ella, es decir, pasada: "Cuando llegues [acción futura], yo ya habré acabado [acción futura, pero pasada respecto a que tú llegues]".
Los participios en español se usan, además, para formar la voz pasiva junto al verbo ser y algunas perífrasis verbales: ha sido encontrado, fue recibido... Esto se debe a que el participio tiene significado pasivo. Es por ello que, cuando va solo, puede formar oraciones subordinadas de participio de diversa tipología y, como verbo principal de estas construcciones, puede llevar complemento agente o, incluso, sujeto paciente:
- Recogida la correspondencia [Suj. pac.], el cartero salió a repartirla.
- Las víctimas vivían atemorizadas por el secuestrador [C. Agente].
- El libro leído por los alumnos [C. Agente] tenía un vocabulario complejo. [El Suj. pac. del participio es "el libro", al que califica como Complemento del Nombre]
- Los niños estaban asustados por el lobo [C. Agente].
Existe también el llamado participio de presente, aunque en español no reviste ya valor verbal, y funciona de sustantivo o adjetivo: son aquellos acabados en -nte, que provienen del latín: amante, constituyente, constante, etc. Véase el contraste entre uno y otro en el título de Juan Ramón Jiménez Dios deseado y deseante (1948-1949).
El único problema normativo que plantean los participios es que existe una serie de ellos que son irregulares debido a que ya lo eran, en la mayoría de los casos, en latín: escrito, visto, hecho... La duda surge cuando un verbo presenta un doblete, es decir, es posible tanto la forma regular como la irregular. Algunos de los verbos irregulares o que hacen doblete son:
El participo regular se utiliza para las formas verbales (he soltado/*he suelto) y la construcción de la pasiva (fue incluido/*fue incluso), a pesar de que antiguamente las construcciones pasivas con irregulares fueron corrientes; mientras que las formas irregulares se reservan para los usos adjetivos: Juan está suspenso en matemáticas; me gusta el vino tinto...
Con todo, existen seis verbos excepcionales:
- Frito/freído, impreso/imprimido, provisto/proveído y sus derivados (refreir, reimprimir,etc.) pueden utilizarse en todos los usos verbales y pasivos ("He imprimido/impreso un documento"), aunque la RAE prefiere las formas irregulares; en los usos adjetivos y sustantivos, solo es correcto el irregular: un huevo frito/*freído, un impreso/*imprimido.
- El participio rompido es correcto en todos los casos, pero arcaico y vulgar.
- Los participios irregulares preso y electo son los únicos que pueden aparecer en lugar de los regulares (prendido y elegido) en construcciones pasivas, pero no en el resto de las formas verbales: Los ladrones fueron presos, pero *Han preso a los ladrones.
Referencias:
- Gómez Torrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. SM.
- http://www.wikilengua.org/index.php/Participio
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