martes, 21 de diciembre de 2010

Descanso navideño


¡Hola! Como podéis ver por el título, este mensaje sólo está aquí para indicar un descanso en nuestras actividades internautas, ya que no voy a publicar noticias durante la navidad... ¡Todos necesitamos descansar! Además, sé que estaréis ocupados con el TDR durante las vacaciones.

Espero que tengáis unas muy felices fiestas y que os acordéis de mí en algún brindis de fin de año :)

¡Hasta el año que viene!

sábado, 18 de diciembre de 2010

Los superlativos


Hoy nos vamos a poner superestupendos, o sea, estupendísimos de la muerte... Y es que vamos a tratar los superlativos. No es que sean difíciles, pero hay algunos cambios normativos que es necesario conocer.

1. Superlativos en -ísimo cuya base puede diptongar (tipo fortísimo/fuertísimo)

Aunque siempre se habían rechazado las formas con diptongo (fuertísimo), ahora se aceptan las dos formas, las que tienen y las que no tienen diptongo, que se consideran más cultas. Así, algunos comunes son:
  • fortísimo/fuertísimo
  • bonísimo/buenísimo
  • certísimo/ciertísimo
  • valentísimo/valientísimo
  • calentísimo/calientísimo.
  • etc.
Sin embargo, solo se acepta corrientísimo, con diptongo. En el caso de nuevo, en España nuevísimo significa 'casi sin estrenar' ("Este pantalón está nuevísimo") y novísimo, 'muy reciente' ("Los novísmos poetas").

2. Otros superlativos en -ísimo con dos formas correctas

Existen dobletes en ciertos superlativos porque se aceptan tanto la forma popular como la culta. En estos casos, la Academia prefiere versión culta, pero son correctas ambas. Hay bastantes, pero las más comunes son las siguientes, de las cuales la primera que aparece es la preferida:
  • crudelísimo/cruelísimo
  • fidelísimo/fielísimo
  • popularcísimo/popularísimo
  • amplicísimo/amplísimo
  • sacratísimo/sagradísimo
  • amiguísimo/amicísimo
  • simplicísimo/simplísimo
3. Superlativos en -ísimo que se usan incorrectamente

Hay una serie de superlativos bastante comunes en la lengua coloquial que se consideran incorrectos. Expongo aquí los habituales, indicando a la derecha la versión correcta:
  • *mayorísimo por mayorcísimo
  • *antigüísimo por antiquísimo
  • *sabísimo por sapientísimo (de "sabio")
  • *cursísimo por cursilísimo (de "cursi")
  • *jovenísimo por jovencísimo
Aunque nadie los usa, las versiones correctas de magnífico, benevolente y benéfico son magnificentísimo, benevolentísimo y beneficentísimo. ¡Toma castaña!

4. Los superlativos en -érrimo

Desde antiguo el castellano presenta algunos superlativos cultos, la mayoría de origen latino, que se construyen con -érrimo. En estos casos, hacer el superlativo en -ísimo se consideraba incorrecto. Sin embargo, el uso o el capricho (que me expliquen a mí que se usa mucho el superlativo de "áspero") ha hecho que se acepten cinco dobletes, que son:
  • pulquérrimo/pulcrísimo (de "pulcro", 'limpio')
  • paupérrimo/pobrísimo (pauper en latín significa 'pobre')
  • aspérrimo/asperísimo
  • integérrimo/integrísimo
  • nigérrimo/negrísimo (niger, nigris es 'negro' en latín, así Nigeria o nigromante, por ejemplo).
Sin embargo, todos los demás adjetivos cultos en -érrimo solo tienen esa forma, es decir, no aceptan -ísimo. Son:
  • celebérrimo, de célebre
  • misérrimo, de mísero
  • salubérrimo, de saludable
  • libérrimo, de libre
  • acérrimo, que significa 'muy fuerte', pero viene de acre, 'amargo'
  • ubérrimo, que significa 'muy abundante'
Referencias: Gómez Torrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. SM.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ser cocinero antes que fraile


Por petición de Sergio Durán, ex alumno de mi antiguo bachillerato, que me pidió expresamente que comente esta expresión, hoy dedicaremos nuestro tiempo a la frase Ser cocinero antes que fraile, que se utiliza para indicar que una persona fue aprendiz o practicó un empleo u oficio antes de ponerse a dirigirlo o, incluso, dedicarse a otro distinto. Proviene de un refrán más largo, que dice así: "El que ha sido cocinero antes que fraile, lo que pasa en la cocina bien sabe". Es una de esas frases que ponderan la experiencia en una práctica como el valor más importante, y así puede verse también en las expresiones la experiencia es la madre de la ciencia, la práctica hace al maestro, ser perro viejo o el refrán Más sabe el diablo por viejo que por diablo.

De dónde viene la relación entre "cocinero" y "fraile", nadie lo sabe con seguridad, aunque supongo que puede provenir de que los frailes, en su ingreso, ocupaban cargos de muy poca categoría (cocinero, labrador...) y después iban ascendiendo, pero seguían conociendo el oficio que ejercieron. También podría venir de que los cocineros, sobre todo los de las posadas, tenían fama de tramposos y de dar alimentos baratos como si fueran caros y buenos, de ahí el refrán "dar gato por liebre", que era una práctica extendida: se ponía gato diciendo que era conejo, porque no se nota la diferencia. Así, aunque luego se meta a santo fraile, ya se sabe las trampas. Como digo, son suposiciones mías nada más, aunque estaría bien investigarlo.

Ha aparecido hoy porque, hablando de lo que suelen hacer los alumnos, yo he dicho que fui cocinero antes de fraile, es decir, que fui alumno antes de ser profesor. Con esto quiero decir que conozco las triquiñuelas para copiar, las mentiras típicas ante el maestro o cuándo alguien te está haciendo la pelota, porque yo también lo hice o lo viví. Por lo tanto, la próxima vez que lo intentéis... ¡Pensad que seguramente ya sé lo que pretendéis!

martes, 14 de diciembre de 2010

Prefijos, sufijos y grupos iniciales cultos



Esta entrada me va a crear problemas con algunos amigos y amigas, y seguramente algún comentario airado, porque casi nadie está de acuerdo con las doctrinas de la Academia que expondré a continuación, que están en vigor desde la publicación del Diccionario Panhispánico de Dudas (2005), abreviado DPD. Sin embargo, tengo que decir que son totalmente lógicas, y que estoy totalmente a favor de estos cambios, porque reflejan la manera real de pronunciar el español. ¡A ver qué opináis vosotros!

1. La escritura de los prefijos en general

Lo primero es hablar de cómo se escriben en general. La regla es clara: todos los prefijos se escriben unidos a su base léxica, sin guión, en una sola palabra: proaborto, hiperactividad, antikaraoke, etc. Solo hay dos excepciones:
  • Si la palabra a la que se une el prefijo debe llevar mayúscula, se une con un guion, porque la mayúscula interna es imposible en español: anti-OTAN, pro-Teruel...
  • El prefijo ex, si significa 'que fue y ya no es', se escribía como una palabra independiente, pero desde 2010 la RAE considera que debe escribirse unido a la palabra de manera normal: exmarido, exdeportista, examigo. Eso no quita que esté adquiriendo valor como palabra independiente y pueda usarse solo: mi ex. El ex- que significa 'fuera de' siempre va asimismo unido: exportar, extracción, exposición...

2. El grupo inicial ps- o s-

La norma general ha sido y sigue siendo que todas las palabras que empiezan por ps- pueden escribirse con s-, que es como se pronuncia normalmente. Así, sicología, síquico o seudónimo son tan correctas como psicología, psíquico o pseudónimo, a pesar de lo que se suele pensar. De hecho, antes había vacilaciones: pseudónimo ni se aceptaba, por ejemplo. Ahora, en todas las palabras ambas formas son correctas.

Aunque la RAE considera ps- más cultas, no considera vulgares las formas con s-.

3. El prefijo pos-/post-

Antes del DPD, en algunas palabras se utilizaba pos-, en otras, post-, y en otras se permitían ambas, pero con preferencia por una de ellas.

Ahora, se recomienda el uso de la forma pos- (que es como se pronuncia de manera no enfática) en todos los casos, aunque siguen siendo válidas las formas con post-. Así, son preferibles posguerra, posmoderno o posparto a las formas con -t-.

No obstante, hay algunas excepciones:
  • Si la palabra a la que se añade el prefijo empieza por s, se empleará post-, para evitar las dos eses seguidas, que nunca se producen en castellano: postsindical, postsocialismo.
  • Si la palabra a la que se une empieza por t, deberá emplearse pos-, para evitar las dos tes: postraumático, postanteo.
  • Debe escribirse post meridíem (y ante merídiem), post mórtem, post scríptum, etc., porque aquí mantiene el valor como palabra latina.

4. El prefijo tras-/trans-

Antes el criterio tampoco estaba claro, pero desde 2005 la norma es sencilla: se prefiere la forma de pronunciación habitual tras-, a la culta trans-, aunque ambas son correctas en la mayoría de los casos. Por ello es mejor escribir trasporte, trasparente, trasmitir, etc.

Este caso es el más difícil, porque hay una lista de palabras que nunca son correctas con trans-, siendo las más habituales:
  • Cuando significa 'detrás': trasluz, etc.
  • Trasfondo
  • Trashumante y trashumancia
  • Trasnochar y sus derivados
  • Traspapelar
  • Traspasar y traspaso
  • Traspié
  • Trasplantar y trasplante
  • Trasquilar y trasquilón
  • Trastocar
  • Trastorno y trastornar
Lo mejor, por lo tanto, es escribir siempre tras-, puesto que, además de ser la preferida por la Academia, siempre es correcto. Pero cuidado, hay una excepción: si la base empieza por ese, usamos trans- y reducimos las dos eses a una: transiberiano.

Referencias: Gómez Torrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. SM.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Hablar por boca de ganso


Esta frase hecha, que parece no tener ningún sentido lógico, significa ni más ni menos que repetir lo que otro nos ha sugerido. Se utiliza para criticar a quien hace o dice siempre lo que otro u otros le dictan. Así, es común, por ejemplo, que se critique a los jóvenes que empiezan en política el hablar por boca de ganso, pues repiten sin entender en realidad ideas y frases que han leído u oído en el seno de su partido o de su bando ideológico.

El origen de esta expresión, de nuevo bastante antiguo, se encuentra en la escuela. Ganso se llamaba también al pedagogo o enseñante de los niños, quizá porque los paseaba a todos en fila, delante de él, como hace el ganso con sus polluelos. Y, cuando los niños repetían lo que el ayo les decía o enseñaba, estaban hablando por boca de ganso, como explicaba Covarrubias en su ya célebre para nosotros Tesoro de la lengua castellana (1611).

Referencias:
  • García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿"Éste" o "este"? La acentuación de los demostrativos


Los demostrativos comparten con los adverbios
situacionales (tiempo y lugar) su valor deíctico, esto
es, señalan un punto en espacio o el tiempo que depende
del contexto. Por eso aparecen allí y aquí en la imagen.
Volvemos a tratar un asunto de acentuación, aunque será muy sencillo de entender si se ha comprendido cómo debe acentuarse "solo".

Hasta hace poco tiempo, la norma indicaba que nunca se acentúan cuando son determinantes, es decir, cuando anteceden a su sustantivo correspondiente: este coche, esa casa, aquellos muebles... Sin embargo, la tilde era opcional en el caso de que fueran pronombres (es decir, si no anteceden a su sustantivo, sino que lo sustituyen) para diferenciarlo de los anteriores, por lo que eran correctos tanto Me gusta este y Me gusta éste. Solo era obligatorio acentuarlos si la oración era ambigua.

Después, desde el Diccionario panhispánico de dudas (2005), solo debía acentuarse el pronombre cuando puedía darse ambigüedad, puesto que son palabras llanas acabadas en vocal o -s (los plurales) y deben seguir las normas de acentuación habitual.

La gran pregunta es: ¿es común que se produzca ambigüedad? La respuesta es rotunda: no. Es bastante extraño, porque el contexto suele solucionar el problema. Veamos ejemplos donde es obligatorio acentuar el pronombre:
  • Esta mañana (no en otro momento) me traerá el trabajo sobre Bécquer.
  • Ésta (esta alumna, y no otra) mañana me traerá el trabajo sobre Bécquer.
  • Aquellas horas (no otras horas, esas) después fueron muy desagradables.
  • Aquéllas (y no otras personas) horas después fueron muy desagradables.
No son ejemplos muy logrados, ¿verdad? Es que es verdaderamente difícil que el demostrativo y el pronombre se solapen. Por lo tanto, la Academia ha decidido que los demostrativos nunca se acentúan. Además de que las ambigüedades son muy raras, la tilde diacrítica suele distinguir palabras tónicas de átonas, y en este caso, además, ambas son tónicas.

¡Ojo! Hay que indicar que los pronombres esto, eso y aquello no se han acentuado jamás, ya que al ser neutros no pueden ser demostrativos (*esto coche, *eso casa, *aquello perro) y, por lo tanto, no hay posibilidad de error.

Matar la gallina de los huevos de oro

Esta apreciación, muy común, significa agotar una fuente de riqueza por obligarla a rendir más de la cuenta, a menudo para conseguir un enriquecimiento rápido. Por ejemplo, en prensa podríamos leer: "Las continuas subidas de precios en el sector turístico puede estar matando la gallina de los huevos de oro". En este caso, subir los precios para ganar más y más rápido producirá el agotamiento la riqueza, porque los turistas marcharán a otra parte.

La expresión parece ser folclórica y muy antigua, pues ya aparece en las fábulas del griego Esopo (circa 600 a. C.), aunque en este caso no era una gallina, sino una oca. Después, muchos fabulistas y cuentistas europeos han recreado este clásico, entre ellos, el español Félix María de Samaniego en sus célebres Fábulas (1781):

Érase una gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.
Aun con tanta ganancia mal contento
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro
y hallar en menos tiempo más tesoro.
Matola, abriola el vientre de contado;
pero, después de haberla registrado,
¿qué sucedió?, que muerta la gallina,
perdió su huevo de oro y no halló mina.
¡Cuántos hay que teniendo lo bastante,
enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos,
que solo en pocos meses,
cuando se contemplaban ya marqueses
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones!

Referencias:
  • García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Cuestiones sobre la preposición "a"

Para inaugurar el 2º trimestre vamos a tratar cuestiones de normativa sintáctica, en este caso, sobre la preposición "a", una de las más utilizadas en lengua española, aunque no siempre bien. Es un tema un tanto farragoso, por lo que hay que intentar ser ordenado para no perderse.

1. La agrupación a por

Siempre había sido incorrecto usarla. Así, voy a por un vaso de agua se consideraba incorrecta, puesto que lo tradicional era el empleo únicamente de por: voy por un vaso de agua. Pero las últimas reformas la han convertido en correcta, aunque solo se usa en España, excepto en Canarias. En Hispanoamérica se considera vulgar y en general no se emplea.

2. A, por y en con las partes del día (mañana, tarde, noche)

Lo tradicional y correcto siempre ha sido emplear por: por la mañana. Sin embargo, hoy se considera también correcto usar en, de uso extendidísimo en Hispanoamérica: en la tarde; y, sorprendentemente, a, que solo aparece en Argentina, País Vasco y Cataluña: a la noche. Ahora bien, recomiendo usar la primera opción, que es la etimológica.

3. Las estructuras sustantivo + a + infinitivo

Aquí viene la parte difícil. Desde siempre, formaciones como *cosas a tratar se han considerado incorrectísimas, por ser galicismos, es decir, calcos de la estructura francesa correspondiente. Evidentemente, como con todo lo incorrecto, se ha extendido muchísimo, por lo que la Academia ha decidido aceptar algunas de estas construcciones, pero con bastantes restricciones:
  • No debe usarse si es posible usar para, por o el relativo que:
Quedan tres temas para/que tratar (*a tratar) antes del examen.

  • El verbo en infinitivo debe ser transitivo y estar en forma activa:
*La cuestión a hablar... ("hablar" es intransitivo, hablamos de o sobre algo)
*La cuestión a ser discutida... ("ser discutido" es una construcción pasiva)

Lo correcto en estos casos es La cuestión que se va a hablar/que será discutida...

  • El sustantivo ha de ser abstracto o no contable:
El asunto a tratar ("asunto" es abstracto)
La cantidad a ingresar ("cantidad" es no contable)
Pero: *las páginas a entregar ("páginas" es concreto y contable)

  • La estructura completa ha de funcionar como Sujeto o Atributo, pero no como Complemento Directo:
[La cantidad a ingresar]SUJ es muy alta.
Este es [el asunto a tratar]ATR
Pero: *Aquí tienes [la cantidad a ingresar]CD

  • Debe evitarse la redundancia:
*Ese alumno es un ejemplo a seguir para todos.

Lo correcto es Ese alumno es un ejemplo para todos, porque la otra expresión es redundante.

Son muchos condicionantes, ¿verdad? Además, la Academia indica que, si a pesar de todo se consigue hacer bien la dichosa construcción... ¡esta posee poco prestigio! Por eso mi consejo es evitarla siempre, y emplear para, por o que. Queda mejor, ¡y encima es más fácil!

Referencias y páginas de interés:
  • Gómez Torrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. SM.

Tácticas de filibusterismo


Los filibusteros eran, al principio, piratas que actuaban por libre, al contrario que los corsarios, que tenían permiso de los gobiernos para atacar los barcos de otros países. Posteriormente "filibustero" pasó a denominar a los activistas por la independencia de las colonias españolas de ultramar, y más concretamente, por la independencia de Cuba. Estos filibusteros entorpecían las acciones del Gobierno español para favorecer la secesión.

De estos tejemanejes proviene la expresión hacer filibusterismo o usar tácticas de filibusterismo, que en la vida parlamentaria supone practicar estrategias de bloqueo (por ejemplo, tomar la palabra y hacer uso de ella el mayor tiempo posible, recurrir las decisiones parlamentarias....) con el fin de obstaculizar la aprobación de una ley, o de retrasarla lo máximo posible por diversos motivos: ideológicos, electorales...

Curiosamente, aunque es de uso relativamente común en el mundo político y en la prensa, la Academia no la aceptaba en su Diccionario. Sin embargo, la vigesimotercera edición, en espera de publicación, sí que lo incluirá, como podéis comprobar si entráis en el diccionario en línea de la RAE y buscáis "filibusterismo". Otra curiosidad es que la palabra "filibustero" es usada a menudo en la saga de Harry Potter, puesto que los alumnos de Hogwarts suelen comprar y disfrutar "bengalas del Dr. Filibuster, que prenden con la humedad". Y es que, al final, en cualquier lugar encuentra uno historia y cultura.

Referencias:
  • García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.
  • Rowling, J. K. (1998-2007). Harry Potter. Siete volúmenes.
  • www.rae.es

viernes, 26 de noviembre de 2010

Erre que erre


A veces no sé si una expresión es lo suficientemente popular como para que merezca la pena comentarla o no. Esto es lo que me ha pasado con erre que erre, que decimos para expresar la obstinación en una cosa, la insistencia pesada en un asunto, una y otra vez; o lo que llamaríamos, simplemente, cabezonería.

Aunque parezca muy de andar por casa, ya aparece recogida en el Vocabulario de Francisco Correas de... ¡1627! En él el lexicógrafo propone que esta locución proviene del prefijo de refuerzo re-, que se utiliza o bien para reforzar y ponderar (rebién, o la frase bueno, rebueno y requetebueno), o bien, en los verbos, para indicar la idea de 'repetir', 'volver a': rehacer, repensar, redicho... Así, el habla popular habría acuñado el erre que erre con la idea de tediosa repetición. No obstante, también se ha asociado al repetitivo arre, arre de los arrireros, es decir, los que conducían con este grito caballos, burros, mulos y otros equinos.

Finalmente, no es de extrañar este tipo de frases hechas, pues son muy corrientes en el habla coloquial. Muchas están formadas por estructuras bimembres, esto es, de dos miembros, a menudo idénticos: dale que dale; y venga y venga... Otras son incluso oraciones más o menos completas: ¡y dale con que la abuela fuma! (lo que sea, bromas aparte...) es muy conocida. Muchas madres de mi tierra, entre ellas, la mía, utilizan con ese sentido ¡y vuelta el burro a las habas!

En cualquier caso, eso solo demuestra... ¡que ha habido, hay y habrá muchos pesados por el mundo!

Referencias: García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿Qué quieres ser de mayor? (2ª parte)

Bien, seguimos con cuestiones de género, a ver cómo funcionan las palabras en consonante.

3. Palabras cuyo masculino acaba en consonante

Estas palabras se consideran, en general, comunes en cuanto al género. Así, decimos el/la portavoz, el/la mandamás... Sin embargo, existen un buen número de excepciones:
  • Las palabras agudas terminadas en -or, -ón, -án, -ín y -és (apartado 4).
  • Las palabras cortés y montés son invariables, por mucho que la gente use las formas erróneas correspondientes. Así, decimos una cabra montés, no *montesa.
  • Las palabras femeninas la edil, la concejal, la bedel y la fiscal también tienen femeninos en -a: edila, concejala, bedela y fiscala.
  • Existen femeninos irregulares acabados en -esa, siendo posible esta forma o la común con artículo. Estas son: la líder/lideresa, la cónsul/consulesa, la juglar/la juglaresa y la chófer/choferesa. El femenino de abad es abadesa, no existe la forma en -a.
  • Para juez y aprendiz, son correctas tanto la juez, la aprendiz como jueza, aprendiza.

4. Palabras agudas terminadas en -or, -ón, -án, -ín y -és

Hacen el femenino, en general, añadiendo una -a: doctora, sultana, peatona... Existen, como siempre, excepciones:
  • Las palabras femeninas actriz y directriz existen, pero no significan lo mismo que actora y directora.
  • La capitana no debe usarse en lugar de la capitán si designa un grado militar.
  • El femenino de barón es baronesa.
  • Y, por último, la palabra fan es la única invariable de este grupo: el fan, la fan.
5. Otras cuestiones sobre el género

En las últimas normas de la RAE se han establecido ciertos cambios interesantes.

En primer lugar, la palabra maratón ha pasado a ser ambigua, y puede utilizarse tanto en femenino como en masculino: un maratón en Barcelona, una maratón de cine. Antes solo se aceptaba el masculino.

Por otra parte, la palabra calor se trata ya como exclusivamente masculina, por mucho que antiguamente se usara en femenino. Por tanto, es vulgar e incorrecta la forma *la calor o *una calor.

Por último, y para acabar con las nuevas tecnologías, son correctas tanto el web como la web, porque en el primer caso sobreentendemos el [sitio] web y, en el segundo, la [página] web.


Referencias y páginas de interés:

martes, 23 de noviembre de 2010

El síndrome de Eróstrato


La frase de hoy es una referencia muy culta, pero es bastante curiosa, y merece la pena conocerla. Eróstrato fue un pastor de Éfeso que incendió el Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo (solo ha llegado a nosotros la Gran Pirámide). El templo quedó destruido y nunca volvió a reconstruirse.

Plutarco nos da incluso la fecha en la que ocurrió: el 21 de julio de 356 a. C., la noche del nacimiento de Alejandro Magno. El rey Artajerjes lo hizo torturar hasta que confesó el motivo del incendio: Eróstrato quería conseguir la fama a cualquier precio, aunque con ello diríamos que es infame, es decir, conocido por sus innobles actos. El rey prohibió bajo pena de muerte cualquier registro por escrito de su nombre, para evitar así su propósito. Evidentemente, no lo consiguió, y su nombre a llegado hasta nuestros días.

Es por eso que en psicología y como frase hecha se utiliza la expresión "tener síndrome o complejo de Eróstrato" para nombrar a las personas que buscan excesivamente la notoriedad o pretenden ser el centro de atención a través de los actos más viles, o sean cuales sean las consecuencias. Por ello es conveniente conocer esta expresión y, sobre todo, no acabar como el protagonista.

Referencias: http://es.wikipedia.org/wiki/Er%C3%B3strato

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Qué quieres ser de mayor?


Vamos a comenzar la semana con un tema espinoso: el género de las palabras. Y digo espinoso porque los cambios normativos han establecido normas muy claras, sobre todo para los sustantivos que designan cargos o profesiones y, en general, personas; y estos no son siempre del agrado de los usuarios del idioma. Sin embargo, la RAE manda, así qué... ¡vamos allá!

1. Sustantivos cuyo masculino acaba en -o:

Todas estas palabras harán el femenino en -a. Por lo tanto, lo normativo es decir y escribir ministrafísica, ingeniera o técnica. Es incorrecto usar el masculino con el artículo femenino, como mucha gente hacía hasta ahora: *la arquitecto.

Sin embargo, se exceptúan unas pocas palabras referidas a los cargos militares y puestos próximos, que siempre acaban en -o (la soldado, la piloto); las palabras acortadas (por ejemplo, la fisio, por provenir de fisioterapeuta) y tres profesiones musicales: la contralto, la soprano y la contrabajo.

2. Sustantivos cuyo masculino acaba en otra vocal:

Estas palabras se consideran, en general, comunes en cuanto al género, por lo que solo cambiaremos su determinante. Así, el/la gerente, el/la periodista, el/la monarca.

Ahora bien, a causa o bien de la tradición, o bien de su extendido uso, la Academia acepta algunas excepciones a esta regla, que son:

  • Ciertas palabras acabadas en -e admiten también el femenino acabado en -a, y ambas formas se consideran correctas. Las más usuales son la jefe/jefa, la presidente/presidenta, la cliente/clienta y la dependiente/dependienta.
  • Hay palabras con femeninos irregulares únicos para cuatro títulos o cargos, que son alcaldesa, condesa, duquesa y jequesa (esta última viene de jeque).
  • Existen, por el contrario, dos palabras en las que se permite tanto la forma regular como la irregular: el femenino de sacerdote es la sacerdote o la sacerdotisa; el de poeta, la poeta o la poetisa.
  • Las palabras asistente, gobernante y regente son invariables en género (el/la gobernante), pero existen las formas asistenta, gobernanta y regenta como palabras distintas, es decir, con significado diferente, como puede verse en esta oración: "La asistente del presidente contrató a una asistenta para limpiar su casa".

Y esto es todo por hoy. En la próxima entrada sobre corrección y normativa hablaremos del género en palabras acabadas en consonante. ¿A qué no podéis esperar? :)

Referencias y páginas de interés:

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La ley del embudo


La expresión la ley del embudo es de origen popular, aunque ya lo documentaba Covarrubias en 1611 en su Tesoro de la lengua castellana o española, el mejor diccionario castellano entre el de Nebrija (1495) y el Diccionario de Autoridades (1723-1739).

La frase completa, que normalmente acortamos, suele ser hoy: "la ley del embudo: para mí lo ancho y para ti lo estrecho", donde y ti pueden intercambiarse, depende de quien la use. De esta forma es fácil inferir su significado: es una norma que favorece en todo al que la dicta y perjudica siempre al que la ha de cumplir. Por ejemplo, decimos que los bancos emplean la ley del embudo: en las hipotecas ponen normas que los benefician en todo momento, pero perjudican en todo a los hipotecados.

Para los que no lo sepan, un embudo es un utensilio que se emplea para canalizar líquidos en recipientes de bocas estrechas, por lo que tiene una parte superior ancha, normalmente de forma cónica, y una parte inferior estrecha (como el del dibujo). Así los líquidos pueden entrar sin problemas.

¡Cuidado! No os confundáis con la broma que corre por Facebook: "la ley del embudo: la más linda con el más boludo". ¿Será verdad?

Referencias: García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Qué onda, güey?

Hoy atravesamos el Atlántico para comentar un asunto ortográfico y de fonética histórica: el uso de la letra x para el sonido que normalmente representa j. Es el caso de Texas, texano, Oaxaca, oaxaqueño, México, mexicano o mexicanismo. De aquí surte el título de esta entrada.

Hasta ahora, estas palabras podían escribirse con ambas grafías, es decir, eran correctas México y Méjico, pero la RAE prefería las formas con j. De hecho, las formas Texas y texano no se admitían. Sin embargo, desde el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) de 2001 se admiten y prefieren las formas con x, por lo que es recomendable usar siempre México, Texas, etc. Curiosamente, Oaxaca y sus derivados nunca se han admitido con j, y así sigue siendo; es incorrecto, pues, *Oajaca.

El motivo de esta x con sonido j es histórico, puesto que hasta el siglo XVII la mayoría de las palabras que actualmente llevan j llevaban x (por ejemplo, Don Quixote de la Mancha), pronunciada /ʃ/, como la actual sh inglesa o la ch francesa. Durante el siglo XVII el fonema /ʃ/ fue evolucionando hacia el actual, /x/, cambio que la Academia, en el siglo XVIII, explicitó cambiando la grafía x por j: fonéticamente, cosa curiosa, j representa el sonido /x/. No obstante, la grafía x se ha mantenido en algunos apellidos (Ximénez) y en las palabras antes nombradas, como México. En España ocurre lo mismo con la región de la Axarquía, en Málaga.

Por lo tanto, es incorrecto pronunciar esas x con el sonido /ks/ , como en taxi o examen: es, así mismo, un error histórico pronunciar Ximénez como */ksi'meneθ/, Axarquía como */aksar'kia/ u otras parecidas. También es incorrecto escribir *texano cuando se usa como sinónimo de "vaquero", lo correcto es, por ejemplo: "Me he comprado un (pantalón) tejano".

En fin, cosas de la lengua y de la historia... ¡Viva México (pronunciado /'mexiko/)!

Referencias:

domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuatro gatos


La expresión "cuatro gatos" alude a poca cantidad de personas. Así, la oración "En la fiesta había " indica que no asistió demasiada gente. Lo interesante de esta frase es que nos permite explicar que cuatro en nuestra lengua parece marcar la diferencia entre lo poco y lo mucho: para 'poco' utilizamos números determinados, pero nunca más de cuatro; por ejemplo:
cuatro gatos

  • Han caído cuatro gotas.
  • Está a dos pasos.
  • Lo compré por cuatro chavos.
  • ¡Si no hace ni cuatro días estaba estupendamente!
  • Te lo digo en dos palabras (dejando de lado el chiste).
Sin embargo, la expresión "más de cuatro" indica ya un número considerable de personas: "Más de cuatro quisieran tener lo que tú tienes".

Referencias: García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.

¿"Sólo" o "solo"?


El año pasado la lengua española fue noticia por los cambios que los académicos de la Real Academia de la Lengua Española instauraron en lo que respecta a la ortografía. Uno de esos cambios fue el de la acentuación de solo cuando es adverbio, puesto que su acentuación anteriormente era opcional, es decir, tanto sólo como solo eran correctas cuando podían sustituirse por solamente. ¿Qué es lo correcto ahora? No acentuarlo nunca. Veamos la norma anterior y a qué se debía:

  1. Solo, tanto siendo adjetivo ("un café solo y sin azucar") como siendo adverbio ("ponme solo un café"), es una palabra llana, por lo que no debe acentuarse, ya que acaba en vocal.
  2. Ahora bien, antes, cuando exista un riesgo de confusión entre el valor adjetivo y el adverbial, debía acentuarse siempre que sea adverbio. Es decir, teníamos que poner el acento cuando funcionaba adverbialmente en ejemplos ambiguos como:
  • "Resolví solo (sin ayuda, en femenino sería sola) dos problemas" / "Resolví sólo (solamente, únicamente) dos problemas".
  • "Pedro duerme solo (sin compañía) / sólo (solamente) en su casa".
Sin embargo, y tras la última reforma ortográfica, solo nunca se acentua, porque se considera que el contexto resuelve las dudas posibles. La RAE, no obstante, reconoce que la norma aún no ha cuajado en el uso habitual de los medios (libros, revistas, escritos...) por lo que, de usarse con acento, solamente es aceptable cuando haya un problema de ambigüedad. Nunca por el único motivo de ser adverbio.