Hoy me apetece comentar algunas frases sobre el aciago futuro que nos espera. En nuestra tradición católica y occidental, el futuro siempre es visto como un tiempo oscuro y que presentará dificultades, sobre todo si en el presente disfrutamos de cierta abundancia o de ociosidad. Además, cuando ese futuro se concreta, nunca falta alguien que nos diga el famoso "yo ya te avisé" o "te lo dije", porque en su tiempo esta persona profetizó nuestra decadencia.
En este contexto se enmarca una frase como Tiempo de vacas flacas, que hace referencia a un momento de escasez y penuria frente a un pasado opulento. Se trata en realidad de una alusión al famoso episodio del Antiguo Testamento que trata sobre José, hijo de Jacob, y los sueños del faraón: vendido como esclavo por la envidia de sus hermanos, José termina encerrado en la cárcel por la falsa denuncia de la esposa de Potifar, quien lo había comprado y confiaba en él, pues lo acusaba de haber intentado abusar de ella; sin embargo, ella lo había llamado a su cuarto y él la había rechazado. Allí descifró los sueños del copero y del panadero del faraón, que tres años más tarde lo llamaría, por indicación del copero, para que descifrara su sueño: siete vacas gordas y lustrosas pacían junto al Nilo y eran devoradas por siete vacas escuálidas y famélicas. Esto fue interpretado por José como siete años de abundancia a los que seguirían siete de escasez, por lo que el faraón debía guardar en tiempos de bonanza para sobrevivir en las malas épocas. El faraón quedó muy impresionado y lo nombró su mano derecha, con poder sobre todo Egipto.
La idea de guardar en los buenos tiempos para sobrellevar los malos es una constante en muchas culturas, y sale a relucir sobre todo en los tiempos aciagos, recordándonos que deberíamos haber sido previsores. Así lo explica también la fábula La cigarra y la hormiga, atribuida al griego Esopo (circa 600 a. C.), y puesta en español por Samaniego en el siglo XVIII:
Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del precioso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo y sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
le djo: "Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste Cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme,
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo".
La codiciosa Hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
"¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?"
"Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento".
"¡Hola! ¿Con que cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo".
Muchos son los dichos populares y refranes que recogen también esta tradición de trabajar y guardar cuando se tiene para que el futuro sea feliz: El que guarda, siempre tiene, por ejemplo. Una particularmente curiosa es Ya vendrá el tío Paco con las rebajas, que nos decían las madres cuando nos veían ociosos y despreocupados mientras se acumulaban las tareas por hacer, o gastando dinero sin ahorrar ni un céntimo. No se sabe muy bien quién es este tío Paco, pero hay varias explicaciones a la frase: una la relaciona con los impuestos y los gastos, pues cuando hacemos un trabajo, pesamos que ganaremos tanto dinero, pero luego llegan "las rebajas": tanto para Hacienda, tanto para transporte, tanto en comer... Así, las rebajas del tal Paco son todas esas cosas que nos iban a dejar con una parte de la ganancia que esperábamos. Otra tiene que ver con el vino: el vino se rebajaba en los mercados con agua, con lo que se abarataba. En cualquier caso, la frase ha pasado a ser advertencia de males futuros cuando nos creíamos tan dichosos.
Finalmente, otra frase que habla sobre el trabajo presente para el bien futuro es Hacienda hecha, dinero espera, que en mi casa se dice con frecuencia para indicar que hay que hacer las cosas ahora y no dejarlas para luego (el famoso No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy), para así ya quedarse tranquilo y esperar los resultados. Pero también puede usarse reivindicativamente, indicando que si ya está el trabajo hecho, deberíamos cobrar con prontitud.
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