Adonde/a donde
presentan confusión en su uso respecto a donde. Ambas formas son consideradas adverbios
relativos que señalan la dirección
de un movimiento,
por lo que se usan con verbos de movimiento como ir,
venir, llegar, regresar, subir, bajar, etc.,
donde es necesaria esa a
de dirección (decimos ir
a
un sitio, llegar a
casa, subir al
ático, etc.).
Será incorrecto usar adonde
o
a
donde
indicando simplemente lugar, esto es, en lugar de donde
o,
a veces, en
donde:
Estaba
donde/*adonde
me dijiste
(pues no decimos *Estaba
a casa,
sino en
casa).
Por
otra parte, también ha existido cierta confusión normativa respecto a si se ha de usar adonde o a donde. Estas formas introducen con frecuencia, como es lógico, oraciones de
relativo: Bajamos
a la calle, adonde
nos esperaban nuestros amigos.
Hasta hace poco la RAE aconsejaba usar la forma a
donde
si no aparecía el antecedente, esto es, la palabra a la que hace
relación el adverbio relativo (en el ejemplo, a
la calle);
y se podía usar adonde
con o sin antecedente: Regresamos
adonde/a donde
nos esperaba el taxi.
Sin embargo, el Diccionario
Panhispánico de Dudas
(2005) de la Real Academia indica que esta distinción no ha cuajado
en el uso y hoy pueden escribirse ambas formas en todos los casos.
Además,
es necesario señalar que es incorrecto usar estas formas tras
cualquier preposición; en estos casos, la forma correcta es donde:
Fui
hacia donde/*adonde
me
dijiste.
Por su parte, los
interrogativos adónde/a
dónde,
que
significan 'a qué lugar', están igualmente restringidos al uso con
valor de movimiento, en este caso en preguntas directas o
indirectas: ¿Adónde/A
dónde
me llevas? Las
dos son correctas, pero, como con los relativos, no deben usarse por
dónde
o en
dónde:
Me
pregunto dónde/*adónde
nos encontramos ahora mismo. Tampoco
se usan tras otra preposición, excepto si introduce la
interrogativa indirecta: No
tengo ni idea de
a dónde
quieres llegar,
pero ¿Desde
dónde/*adónde
me llamas? No puedo dejar de citar la primera estrofa de una de las liras más famosas que escribió San Juan de la Cruz, que inicia el Cántico espiritual:
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido.
Finalmente, adondequiera
es
un adverbio de lugar que significa 'a cualquier sitio', y puede ser
sustituido por dondequiera
en
todos los casos, aunque específicamente este significa 'en
cualquier sitio' y por ello con verbos de movimiento resulta más
adecuado el primero: Te
seguiré adondequiera
que vayas,
mejor que Te
seguiré dondequiera
que vayas,
aunque ambas sean correctas. No se admite en ninguna de las dos la
escritura en dos palabras, excepto si coinciden adonde/donde
y el verbo querer,
con los significados 'al/en el lugar que desee': Una
persona tiene derecho a vivir donde
quiera.
En estos casos, es posible introducir el pronombre de tercera
persona singular él/ella
entre ambas palabras: La
llevaré adonde
(ella) quiera.
La
escritura en tres palabras es siempre incorrecta: *a
donde quiera.
Esta entrada me ha recordado, con tanto donde y tanto quiera, aquellas dos quintillas famosas que José Zorrilla escribió en Don Juan Tenorio, que paso a reproducir para terminar esta entrada tan técnica:
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.
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