miércoles, 16 de marzo de 2011

La Magdalena

Existen dos frases conocidas sobre este misterioso personaje: llora como una Magdalena, y no está la Magdalena para tafetanes. Ambas son bastante sencillas: la primera significa que se llora mucho, amargamente; la segunda, para decir que una persona no está de humor para aguantar bromas o tonterías, lo que coloquialmente también se dice no está el horno para bollos. Pero ¿de dónde viene esta "Magdalena" que llora y no tiene ganas de juerga? ¿Y qué son "tafetanes"?

María Magdalena es una de las mujeres más importantes en la tradición cristiana, y conforma el grupo de las famosas "tres Marías", muy empleado en representaciones pictóricas religiosas, que integra la Virgen María, María Magdalena, que fue la primera testigo de la Resurrección de Cristo; y una tercera María que varía según los Evangelios consultados. Es por eso que cuando se ve a tres mujeres o, en general, a un grupo de ellas, se dice a veces que son las tres Marías.

Ahora bien, esta María Magdalena, mujer muy próxima a Cristo en diversos evangelios (tanto, que en el famoso y sobrevalorado El código Da Vinci se presenta como la amante de Jesús) ha sido identificada en la tradición cristiana con la pecadora arrepentida a la que los judíos iban a apedrear por sus pecados, a pesar de que en ningún momento se nombra en los textos esta identificación:

Juan 8:3-11 (Reina-Valera 1960)

3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?" 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella". 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: "Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?" 11 Ella dijo: "Ninguno, Señor". Entonces Jesús le dijo: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más".

Además, se la identificó con una prostituta, por lo que en las pinturas siempre aparece vestida de rojo (el color de la pasión y la pérdida de la virginidad) y con el cabello suelto y rizado (símbolo de la pasión y el sexo desatado). Así, tanto la tradición católica, como la popular y artística derivó que esta María Magdalena era una mujer que sufría y lloraba su pecado. En la imaginación popular el rasgo de llorona y sufridora permanece, de ahí decimos que alguien llora como una Magdalena cuando derrama abundantes lágrimas.

Los tafetanes, por su parte, son telas de seda delgada, que solían usar como adorno las mujeres en las fiestas. De hecho, algunas personas mayores todavía hablan de vestidos de tafetán en lugar de seda. Por ello, si la Magdalena está llora que llora, no debe de tener ganas de vestidos de fiesta, de regalos ni de nada. Así dice el dicho, cuando no estamos para bromas, que no está la Magdalena para tafetanes.

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