jueves, 28 de abril de 2011

El Gran Dictad/Dictado

Durante la tradicional Semana de la Lectura, celebrada del 11 al 15 de abril de 2011 en el INS Estela Ibèrica, tuvo lugar un concurso que tiene mucha relación con la lengua no solo española, sino también catalana: un concurso de ortografía, llamado "El Gran Dictat/Dictado", a imitación del conocido programa de TV3.

El concurso constaba de tres categorías: primer ciclo de la ESO, segundo ciclo de la ESO y bachillerato; y de dos pruebas: la primera consistía en deletrear la palabra que tocara en suerte sin ningún error ortográfico, contando los signos de puntuación (acentos, diéresis, guiones...); la segunda, llamada "la palabra imposible", obligaba a deletrear correctamente de principio a fin el mayor número de palabras seguidas y, en el caso de que hubiera error en una palabra, se había de repertir esta hasta que se hiciera correctamente. La primera prueba era eliminatoria, llegando a la segunda solo dos alumnos por cada categoría.

En general, la sensación respecto a su funcionamiento fue satisfactoria: tanto el público como los participantes se interesaron por las pruebas y animaron la fiesta. Los ganadores por cada categoría, que recibieron un libro como premio al final de la semana, han sido los siguientes:

Primer ciclo de la ESO
  1. Carla Blanch, 1º B
  2. Miriam Delgado, 1º B
Segundo ciclo de la ESO
  1. Sergio Caravaca, 3º ESO B
  2. Ivette Millán, 3º ESO B
Batxillerat
  1. Albert Figueras, 2º bach. B
  2. Berta Castellà, 1º bach. A
Desde aquí felicito a los ganadores y les animo a seguir adquiriendo conocimientos de las lenguas castellana y catalana. Y, por supuesto, me siento orgulloso de que uno de mis alumnos haya ganado la categoría de bachillerato :D 

¡Un saludo a todos!

martes, 26 de abril de 2011

¡Tengo la negra!

¡Bueno, ya estamos de vuelta de las vacaciones! Qué bien se estaba sin hacer nada, ¿eh? En fin, está claro que tenemos una suerte muy negra... Y de eso vamos a comenzar a hablar en esta vuelta de Semana Santa: del color negro en las frases hechas. Comienzo diciendo que no tengo nada en contra de este color, y mucho menos de las personas que lo tienen, pero es evidente que forma parte de la lengua y conviene conocer las expresiones incluso para, en algún caso, no usarlas...

El color negro, en general, se relaciona en nuestra lengua con lo funesto, lo infausto, lo desafortunado... Por eso, si decimos ¡que suerte tan negra la mía! o tengo la negra, queremos decir que nuestra suerte nos ha abandonado, que todo nos sale mal. En cambio, el color blanco es símbolo de buena fortuna. En Grecia y Roma se echaban suertes con habas o piedras blancas y negras, siendo las blancas las venturosas y las negras, las desafortunadas. Los romanos señalaban los días felices con piedrecitas blancas, y los días malos, con negras. Tal vez por eso hay tantos dichos sobre lo aciago del negro: verlo todo negro significa ser muy pesimista ante las cosas, y ser la oveja negra de la familia, o el garbanzo negro de la familia, ser el mal ejemplo familiar.

El negro es también el color de la muerte y del luto en nuestra cultura, mientras que en otras, curiosamente, es el blanco, pues significa la ausencia de color. Este sentido mortuorio acabó relacionándose también con los mismos muertos, el diablo y el mal. Por eso lo satánico es siempre negro. Así, decimos que un país tiene una leyenda negra cuando hablamos de los hechos más oscuros y malvados de su historia. También hablamos de poner a alguien en la lista negra, que es la de los excluidos, los que no pueden pasar, como lo están los pecadores de entrar en el cielo.

Por último, hay una serie de expresiones que se basan en la situación desfavorable que han sufrido las personas de raza negra en la sociedad. De todos es sabido que la raza negra ha sufrido una historia triste, dominada por el esclavitud y los trabajos forzados, ya desde tiempos de los romanos. Así, decimos que alguien trabaja como un negro para decir que trabaja mucho más de lo que debería. Al menos, esta frase tiene el perdón de que es histórica y se documenta en siglos pretéritos, además de que reconoce que trabajaban mucho. Pero hay una frasecita nueva, surgida en los últimos tiempos, que es racista hasta el infinito. Y aquí os dejo el video de Ana Rosa Quintana, gracias a "Sé lo que hicisteis", que demuestra cómo se puede ser de verdad racista en una frase. Espero que nunca la pronunciéis.


Referencias: Gómez Tórrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. Ediciones SM.

miércoles, 13 de abril de 2011

Cambios léxicos recientes (II)

En fin, siguiendo nuestro recorrido por las nuevas incorporaciones léxicas a la normativa de nuestro idioma, trataré tres casos más. 

En primer lugar, el caso de la palabra problemática, que de ser solo legítima como adjetivo femenino ("una situación problemática, una actitud problemática..."), ya se acepta como sustantivo con el significado de 'conjunto de problemas', por ejemplo: "La problemática  de los alumnos de bachillerato está integrada por los exámenes, los ejercicios y la selectividad". Sin embargo, no se acepta que signifique simplemente 'problema', en singular: "La *problemática (por problema) del SIDA no tiene solución".

En segundo lugar, tenemos el caso de honestidad y honesto: la primera significaba 'pudor' y la segunda, 'púdico, pudoroso': "La honestidad de esa mujer fue mancillada". No obstante, no podía usarse como se usa habitualmente, es decir, como sinónimo de honrado. Ahora, sin embargo, es lícito: "Los políticos no son honestos".

Seguidamente, tenemos ignorar, que significaba únicamente 'desconocer'. Ahora puede usarse sin ir en contra de la Academia con el significado de 'no hacer caso', a pesar de que es el que usamos todos desde mucho antes: "¡No me ignores!".

Por últimos, trataremos las palabras eficaz y eficiente, que debían aplicarse a cosas ("un medicamento eficaz") y a personas ("un secretario eficiente") respectivamente. La RAE aconseja mantener estos usos, aunque no considera la confusión incorrecta.

Referencias: Gómez Tórrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. Ediciones SM.

miércoles, 6 de abril de 2011

Aunque la mona se vista de seda...

Cuando alguien finge aptitudes que no tiene o, simplemente, disimula sus defectos internos con engañosas apariencias, decimos con tono irónico aunque la mona se vista de seda... y añadimos a veces: mona se queda. Con ello decimos jocosamente que no ha conseguido engañar a nadie, porque bajo esas artimañas se ve su esencia. También se dice a veces de manera más cercana a lo literal de la gente que se viste con ropas caras que no son coherentes con su posición social.

Se trata de un refrán antiguo que ya se dijo en griego (Luciano de Samóstata. Diálogos. 120-180 d. C.), y que utilizaron grandes de la lengua española como Mateo Alemán en el Guzmán de Alfarache o Tirso de Molina en Marta la Piadosa. El Diccionario de Autoridades también lo recoge. Uno de nuestros queridos fabulistas, Tomás de Iriarte, lo utilizó en su fábula "La mona" (Fábulas literarias), en la que una mona vestida con traje marcha a Tetuán:


FÁBULA XXVII

 Aunque se vista de seda
la mona, mona se queda.
El refrán lo dice así:
yo también lo diré aquí;
y con eso lo verán
en fábula y en refrán.

Un traje de colorines,
como el de los matachines,
cierta mona se vistió;
aunque más bien creo yo
que su amo la vestiría,
porque difícil sería
que tela y sastre encontrase.
El refrán lo dice: pase.

Viéndose ya tan galana,
saltó por una ventana
al tejado de un vecino,
y de allí tomó el camino
para volverse a Tetuán.
Esto no dice el refrán;
pero lo dice una historia,
de que apenas hay memoria,
por ser el autor muy raro;
(y poner el hecho en claro
no le habrá costado poco.)

Él no supo, ni tampoco
he podido saber yo,
si la mona se embarcó,
o si rodeó tal vez
por el ismo de Suëz.
Lo que averiguado está
es que por fin llegó allá.

Viose la señora mía
en la amable compañía
de tanta mona desnuda;
y cada cuál la saluda
como a un alto personaje,
admirándose del traje,
y suponiendo sería
mucha la sabiduría,
ingenio y tino mental
del petimetre animal.

Opinan luego al instante,
y nemine discrepante,
que a la nueva compañera
la dirección se confiera
de cierta gran correría
con que buscar se debía,
en aquel país tan vasto,
la provisión para el gasto
de toda la mona tropa.
(¡Lo que es tener buena ropa!)

La directora, marchando
con las huestes de su mando,
perdió, no sólo el camino,
sino, lo que es más, el tino;
y sus necias compañeras
atravesaron laderas,
bosques, valles, cerros, llanos,
desiertos, ríos, pantanos;
y al cabo de la jornada,
ninguna dio palotada:
y eso que en toda su vida
hicieron otra salida
en que fuese el capitán
más tieso, ni más galán
Por poco no queda mona
a vida con la intentona;
y vieron por experiencia
que la ropa no da ciencia.

Pero, sin ir a Tetuán,
también acá se hallarán
monos que, aunque se vistan de estudiantes,
se han de quedar lo mismo que eran ántes.

Referencias: Gómez Tórrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. Ediciones SM.

lunes, 4 de abril de 2011

Cambios léxicos recientes (I)

Siguiendo con el tema de los cambios recientes en diversos campos, vamos a comentar algunas incorporaciones léxicas que resultan, cuanto menos, interesantes.

En primer lugar, tenemos el caso de oír escuchar: el Diccionario Panhispánico de Dudas ya admite el uso de escuchar por oír, pues ya es normal en Hispanoamérica y común en España. En realidad, el verbo escuchar implica oír, pero no al revés: por eso podemos decir una oración como "Escuchábamos atentos al profesor, aunque apenas se oía", pero queda raro #"Oíamos atentamente al profesor, aunque apenas se escuchaba". Y es que oír era simplemente recibir el sonido, y escuchar, poner atención en él. Es lo mismo que hacemos con ver y mirar, aunque en este caso no podemos usar uno por otro.

Por otra parte, el adjetivo inédito significaba 'no editado, no publicado' ("un libro inédito"), pero el Diccionario de la Real Academia Española (1992) ya admite el significado de 'desconocido, nuevo': "un suceso inédito".

Finalmente, al menos por hoy, la Academia ya admite como correctos nominar y nominación no solo con su sentido original ('dar nombre, llamar'), muy desusado, sino también con el significado de 'proponer a alguien o algo como candidato a una cosa buena, especialmente a premios': "La película obtuvo tres nominaciones". ¡Cuidado! Con el sentido que se ve en los concursos ("Pepe, estás *nominado") es incorrecto, puesto que no se les postula para algo bueno, sino para algo malo. Así, ¡Gran Hermano y similares siguen siendo incorrectos!

Referencias: Gómez Tórrego, Leonardo (2010). La normativa académica actual: cambios destacados. Ediciones SM.